Tomamos las decisiones influidos por nuestros sesgos
Durante mucho tiempo se ha pensado que los humanos basamos nuestros juicios en nuestra experiencia, en el conocimiento adquirido a través de la educación, o en otras fuentes objetivas. Nos considerábamos seres racionales.
Sin embargo, en los últimos 50 años de abundante investigación, se ha demostrado de forma reiterada que nuestros juicios son altamente susceptibles de errores que no somos capaces de detectar pues se activan de forma automática o inconsciente. Estos errores sistemáticos son el resultado de la forma en que nuestro cerebro está configurado: estamos predispuestos a ver orden y relaciones causales en el mundo y procesamos la información de una forma que nos confirma nuestras creencias, expectativas y asunciones previas.

Como resultado, los sesgos cognitivos tienen mucha más influencia de la que uno mismo cree y son los autores secretos de muchas decisiones profesionales en nuestro día a día.
Cómo pensamos
Cada día hacemos o emitimos juicios: sobre si podemos confiar o no en una persona, si debiéramos hacer o no algo, sobre qué camino tomar o cómo responder a la pregunta de alguien. La lista es interminable y si cada vez consideráramos cuidadosamente y analizáramos cada posible resultado, nunca acabaríamos.
Afortunadamente, nuestra mente nos permite hacer las cosas de manera más sencilla usando eficientes estrategias de pensamiento denominadas heurísticas. La palabra heurística es de origen griego εὑρίσκειν que significa “hallar, inventar”.
Heurísticas o método heurístico
La heurística o método heurístico es un atajo mental que nos ayuda a hacer razonamientos de manera rápida sin tener que destinar demasiado tiempo analizando o buscando información. Nos permite tomar decisiones rutinarias de manera eficiente mediante procesos mentales inconscientes. También nos permite decidir en entornos en los que falta información mediante procesos mentales automáticos o inconscientes. Al ser estos procesos inconscientes, no estamos alerta y no somos conscientes -valga la redundancia- de que estamos bajo el impacto o influencia de heurísticas en nuestros juicios o decisiones. Creemos que decidimos de forma racional, no inconsciente.

Ejemplos de heurísticas
- Heurística autoritaria: “Esta persona tiene un doctorado en botánica, así que, si afirma que esta planta es diente de león, mejor confío en su juicio”.
- Sabiduría de la multitud: “Si el hotel ha recibido tantas reseñas positivas y tanta gente lo recomienda, entonces tiene que ser bueno”.
- Heurístico de representatividad: consiste en estimar la probabilidad de que una persona se comporte de una forma particular, tenga una determinada característica o que un evento suceda comparándolo con un prototipo o situación que tenemos almacenada en nuestra mente. “A esta persona le encanta escuchar música folk y recoger a animales de la calle, así que es más probable que sea profesora de yoga que ejecutiva de la banca”.
- Efecto halo: “Este candidato parece muy profesional (lleva un buen traje de chaqueta y muestra una sonrisa que demuestra seguridad en sí mismo, así que muy probablemente será un buen ejecutivo.”
- Conjeturas o estimaciones fundamentadas:” Esta casa tiene un jardín así que supongo que es más cara que esta otra que solo tiene un balcón”
- Heurística de familiaridad: “Cuando estoy de vacaciones en otro país prefiero comprar productos de marcas que conozco”.
Esta forma de pensar automática la tenemos grabada en nuestro cerebro desde el proceso evolutivo, gracias a ella hemos podido sobrevivir (si viene un león corriendo hacia nosotros, saldremos a correr al instante, sin pensar!).
Sin embargo, a medida que nuestro cerebro ha ido evolucionando, también hemos incorporado otra forma de tomar decisiones; En esta otra forma, nos tomamos el tiempo para tomar decisiones deliberadas y conscientes, basándonos en un juicio cuidadoso de toda la información disponible. Convivimos, por tanto, con dos formas de toma de decisiones o de procesamiento de la información, una rápida, automática e inconsciente y otra más lenta y consicente.
Daniel Kahneman o los dos sistemas
Recomendamos en este sentido, la lectura del libro “Pensar rápido, pensar despacio” del premio Nobel Daniel Kahneman en los que hace referencia a los dos sistemas de procesamiento de la información conocidos como sistema 1 y sistema 2.

Los sistemas 1 y 2 de pensamiento
El sistema dos es el lento, el esforzado, deliberado y racional. Es el sistema de razonamiento que tira con fuerza de nuestros recursos cognitivos y que requiere atención y concentración. De hecho, todos los procesos de pensamiento que demandan un esfuerzo mental tienden a ser clasificados como sistema 2.
En contraste con este sistema, el sistema 1 es rápido, intuitivo, asociativo y emocional. Es el sistema de pensamiento sin esfuerzo, que opera de forma automática, con poco control voluntario y que usa la intuición o las heurísticas para tomar decisiones de forma rápida. Sin embargo, mientras el sistema 1 con sus heurísticos aceleran nuestros juicios y nuestros procesos de toma de decisiones, también puede introducir importantes sesgos cognitivos que perjudiquen la calidad de nuestras decisiones.
En nuestra vida diaria el sistema 1 es nuestra forma de pensamiento dominante, porque esta forma de procesamiento de la información es necesaria para sobrevivir. Cuando estamos conduciendo un coche, el sistema 1 automáticamente nos hace frenar cuando surge un peligro y no tenemos tiempo para el sistema dos, es decir, para procesar toda la información y averiguar qué es lo que está ocurriendo.

Por ejemplo, si estamos en una sala llena de gente y vemos que de repente muchas personas se dirigen corriendo hacia la salida, nuestro sistema 1 nos empuja a tomar la misma conducta. Esto responde a un punto de vista evolutivo, es decir, se activa para protegernos: podría ser que lo que provoca la estampida de la gente sea un peligro, por ejemplo, un incendio. Si procesáramos de forma cuidadosa la situación, podría ser que llegáramos a la conclusión de que la decisión de abandonar la sala no es acertada (no hay ningún incendio, simplemente es vapor de agua) pero en situaciones de vida o muerte, a menudo no hay tiempo para tomar juicios cuidadosos.
Cómo evitar o reducir los sesgos
Debido a la dominancia de nuestro sistema 1, el juicio humano es muy susceptible a los errores sistemáticos. La cuestión fundamental es: ¿cómo podemos hacer juicios profesionales sin caer en nuestros sesgos inconscientes?
Ser conscientes de que nuestras decisiones pueden estar sesgadas es un primer e importante paso, pero estar alertas de que nuestro juicio puede estar influido por sesgos cognitivos no previene de que estos ocurran.
Incluso Daniel Kahneman, que es una autoridad en este tema llega a afirmar,
«He estado estudiando esta área durante 45 años y no soy mejor que cuando empecé. Hago predicciones extremas, soy muy confidente, caigo en todos los sesgos”.
Daniel Kahneman
Pero esto no significa que aceptemos nuestros sesgos porque “total, no los podemos eliminar…”. Kahneman, en este sentido, nos advierte que una cosa es movernos desde un plano individual y otra muy distinta es hacerlo desde un plano colectivo. Es decir, el hecho de que los individuos no sean conscientes de sus propios sesgos no significa que los sesgos no puedan ser neutralizados o al menos reducidos a un nivel organizacional.
Como profesional basado en evidencias se puede añadir un tremendo valor en su organización tomando medidas prácticas para prevenir los sesgos cognitivos como son las siguientes:
Medidas prácticas para prevenir los sesgos
- Considerar múltiples opciones: la literatura científica sugiere que considerar múltiples soluciones tiende a conducirnos a mejores juicios que fijarnos solo en un sí/no. Cuando sólo consideramos una solución, tendemos a ignorar evidencias contradictorias y como resultado podemos caer en un sesgo de confirmación. Al contrario, si consideramos dos o más opciones nos puede llevar a considerar más información y, por tanto, tomaremos decisiones de forma más documentada.
- Obtener la evidencia antes de formar la opinión, no después: Como dijo una vez Sherlock Holmes: “It is a capital mistake to theorize before one has data. Insensibly one begins to twist facts to suit theories, instead of theories suited to facts”.
- Evaluación ciega: un efectivo método para prevenir el sesgo de confirmación, el efecto de Halo o el de autoridad, es la evaluación ciega. Por ejemplo, si ocultamos toda la información en un currículum de un candidato que puede inducir a sesgos, nos permite llegar a una evaluación mucho más objetiva de la calidad de un candidato.
- Búsqueda activa de fuentes/puntos de vista/opiniones que contradigan tus creencias previas y tus opiniones: Nuestro sistema 1 favorece siempre de forma consistente nuestras propias ideas preconcebidas así que necesitamos ideas contrarias que nos hagan de balance aunque esto nos resulte incómodo. Hacer de “abogado del diablo” es un buen ejemplo para referirse a aquellas personas que defienden posturas contrarias y que presentan pruebas y argumentos lógicos que dan validez a sus conclusiones.